Criticas

‘El corazón de las tinieblas’, el horror

27/04/2018

Susana R. Sousa

‘El corazón de las tinieblas’, el horror

«¿Con qué derecho intervenimos en el resto de países y a qué precio?» Darío Facal.

Darío Facal es fundador de la escuela de Interpretación ‘Work in progress’, dramaturgo, director, formador y coaching de actores, además, codirige el Corral de Comedias de Alcalá junto a Carlota Ferrer y, por si no tuviera poco trabajo, ha adaptado la novela de Joseph Conrad para el teatro. No sabemos de dónde saca el tiempo, pero le agradecemos, de ante mano, que nos haya regalado esta obra que va a dar mucho que hablar.

“El corazón de las tinieblas” de Josep Conrad es el punto de partida y la columna vertebral de este montaje majestuoso que se podrá ver en la Sala Verde de los Teatros del Canal hasta el 13 de mayo. A partir del viaje a África del marinero Marlow y de su búsqueda de otro misterioso personaje, Kurtz, Facal nos presenta un trabajo espléndido en el que se entrelazan la música en directo, la performance, la poética y el compromiso social. Asistir a una primera función, al ensayo de una obra que, por primera vez ve la luz ante el público, es una experiencia abrumadora.

Podría decirse que una está asistiendo a un milagro, al milagro, no sé, de la vida o de la cultura, sin embargo, no hay nada divino ni milagroso en construir una historia. Ni siquiera una historia como la que nos propone Darío Facal. Lo que hay es muchísimo trabajo, talento, tiempo invertido, pasión y la creencia de que lo que el director y los actores (el escenógrafo, el sastre, el iluminador…) están modelando, no es en vano. El propio Marlow, interpretado por el actor Ernesto Arias, nos adentra en el conflicto moral que estamos a punto de presenciar.

Una introducción a las puertas de un escenario en el que podemos ver un piano, enormes plantas, dos montículos de tierra, un diván, una vitrina que guarda los objetos que se han acumulado en el viaje, en el viaje que ha supuesto para el equipo “El corazón de las tinieblas”, una gran pantalla al fondo en la que no veremos imágenes cómodas, una lámpara elegante colgando del techo, una máscara africana… La escenografía nos sitúa, sin duda, en África, uno de los continentes más castigados del mundo.

Podría ser el África de 1902 de Conrad, o podría ser el África de la actualidad. No hay demasiada diferencia. La reflexión que nos propone Facal, que nos propone Marlow, que nos propone Ernesto Arias, es tan brutal que no se queda en la sala del teatro. O al menos, no debería quedarse. Ana Vide, en el papel de prometida de Kurtz, representa a esa Europa que mira hacia otro lado ante la espeluznante realidad del continente africano. Una Europa que, con la presunción de una moral superior, explota los recursos de otros a fuerza de someterlos y torturarlos. Un viaje, el de Marlow, que cambia su forma de ver el mundo y de verse así mismo.Un relato difícil para quien lo cuenta y para quien lo escucha y lo ve, pero una maravilla que hay que ver como sea.

1 Comentario

  • Victoria

    IMPRESIONANTE, hacia tiempo que no veía algo tan espectacular. Te teletransportas a la época y te engañas como si estuvieras leyendo la novela. Tod@s deberíamos experimentar las emociones que despierta la obra. GENIAL!!!

Añadir comentario

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies