Vuelve a la escena madrileña un clásico entre los clásicos, “El avaro” de Molière, dirigido por Manuel Carcedo Sama. La compañía tira la casa por la ventana con un plantel de actores para los que no es necesario escenografía alguna.

A la genialidad del texto del dramaturgo francés se une el talento del equipo interpretativo y la cercanía de éste con el público. En esta versión, además, el director imprime un nuevo rumbo a los personajes femeninos, presentando a las mujeres intrépidas y valientes, capaces de todo por conseguir sus sueños.

Rubén Casteiva, Alberto Romo, Belén Orihuela, Patricia Garó, Jorge Peña Miranda, José Luis Lozano, Ana Vélez, Alexia Lorrio, Maite Vallecillo, Charo Bergón, Raúl Peñalba y César Rosado son los artífices de que esta comedia de Molière vuelva a estar en boca de todos y de que el teatro, el teatro de verdad, siga vivo.

El personaje principal de la obra es Harpagón, que muestra la historia de un hombre con uno de los defectos más importantes de la humanidad: la avaricia. Harpagón a lo largo de toda la obra siempre hace mención de ahorrar para el futuro, valorando mucho más al dinero que a él mismo y sus verdaderos intereses, que nunca llegan a mostrarse porque nunca lo permite.

El libro es la representación de una familia adinerada de la ciudad de París, donde el argumento muestra a un padre que priva a sus hijos tanto de cosas materiales como afectivas. La obra muestra el lado más mezquino y egoísta del ser humano, donde se llevan al extremo los problemas generados por el dinero y el poder, lo cual supera a todo tipo de sentimientos que se ven opacados y minimizados ante lo meramente material.