Criticas

‘Escape Room’, genialidad macabra en 60 minutos

24/01/2020

Mayelit Valera Arvelo

‘Escape Room’, genialidad macabra en 60 minutos

Un espectáculo bien pensado, que se desarrolla es uno de los juegos de ocio del momento.

Joel Joan y Héctor Claramunt han creado una propuesta teatral sagaz, con un texto ingenioso que fusiona comedia, suspenso, referencias cinematográficas, política y desdichas humanas.

La aventura comienza cuando las cortinas del escenario desaparecen y apreciamos una pared llena de grafitis, en el medio una pequeña puerta que se abrirá para entrar al Escape Room. Ese es el punto de encuentro donde se verán los cuatro personajes, tres amigos y la novia de uno de ellos que conocerán esa noche. Todos han venido con la mejor intención de pasar una excelente velada y disfrutar al máximo, pero lo que no se imaginan es que se encontrarán con una noche aterradora, una guillotina contra el reloj.

El amigo que armó el plan es Edu, quien le explica al resto del grupo cómo se juega, para que no se asusten al entrar. Ya que se encontrarán con un espacio abrumador ambientado a una época para relatar una historia, como suelen ser estos espacios. La escenografía es un trabajo excepcional, tétrico, un laboratorio Nazi de 1941, concebido por Joan Sabaté, que a primera vista parece inofensivo, pero luego buscará aniquilarlos si no consiguen resolver los enigmas a los que se enfrentan. Tienen solo 60 minutos para solucionarlo, sino morirán, y no justamente de risa.

El montaje tiene un ritmo vertiginoso, con sucesos inesperados y escenas de suspenso, que mantienen la atención de los espectadores en todo momento. Con las magistrales actuaciones de: Antonio Molero como Edu, el de la idea de Escape Room ubicado en Lavapiés, justo cerca del contenedor donde hallaron el cadáver de un hombre descuartizado, suceso que los paraliza por un instante y los hace retroceder. Lo acompaña Marina San José como Marina, su novia, una mujer inteligente, pero muy radical e intransigente. Se suman a ellos Leo Rivera como Rai, un cineasta que tiene todas las respuestas, pero sin muchas complicaciones, junto a su mujer Kira Miró como Viky, una actriz que tuvo su gloria, pero ahora no está muy clara de su talento y de su perfecta vida familiar. De inmediato nos volvemos partícipes de cada uno de sus pasos e inquietudes.

Junto a ellos nos asustamos y reímos con las situaciones inesperadas que suceden. Aunque en ocasiones están en desacuerdos, tendrá un único motivo que los mantendrá unidos, salir vivos del lugar y no morir en el intento. La obra es trepidante, un artefacto teatral de diversión y miedo que nos mantiene atentos durante hora y media. Una puesta en escena novedosa, como una montaña rusa, que nos hace reír y experimentar sensaciones diversas.

Pero no les puedo contar más, no quiero revelar la magia de esta propuesta teatral que conquistará a un público heterogéneo. Porque el teatro es magia que nunca se detiene; un espacio de encuentro, distracción y buen humor. Un montaje con ingeniosas escenas, diálogos perspicaces, referencias cinematográficas y continuos guiños de la realidad política, para al final reírnos de nosotros mismos. Y si no has tenido la oportunidad de visitar un Escape Room, esta es la ocasión perfecta de vivir esta experiencia, pero en las tablas, una experiencia diferente, impregnada de genialidad macabra. Enhorabuena por el excelente trabajo.

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