La obra ‘Reflejos de la vida a través de una ventana’, escrita y dirigida por José Manuel Carrasco, es el resultado del Laboratorio Teatral CINEATRO de Azarte, que se está presentando en la Sala Azarte. La pieza muestra individuos huérfanos, que aunque estén rodeados de miles de personas se aíslan, la incomunicación los invade, una de las tantas dolencias de la sociedad actual.

De nuevo el teatro es el espacio perfecto para reflejar nuestra realidad. Un aislamiento que en ocasiones envuelve a los seres humanos sin saber cómo salir, por momentos queriendo compañía, pero no aceptando diferencias. Y en otros casos, consiguiendo compañía, pero sin saber cómo  comunicarse. En definitiva, “la gente se sigue sintiendo sola”, es una de las frases que se repite en la obra.

La propuesta artística está muy interesante y se sostiene en tres historias dramáticas, con pinceladas de humor para reflexionar. Tres relatos que se van enlazando entre sí para ir desarrollando sus vicisitudes. La primera es protagonizada por dos prostitutas, una resignada a estar sola, otra buscando la compañía. El trabajo de las actrices está bien dirigido, fresco y verosímil.

Luego muestran la relación de una madre y su hija, una relación deteriorada, quebrada, que pareciera no tener salvación, pero sí consiguen recuperarla, pero de una manera muy inesperada. Un dúo de actrices que se fusiona con gran ímpetu en las tablas.

Y la tercera historia es la de una pareja que se conoce por una aplicación de citas, que aunque ambos están buscando compañía, parecieran que no la quisieran, con reacciones incomprensibles aceptarán lo solo que están y lo mucho que se necesitan; ellos completan el reparto de seis actores que se entregan por completo a esta experiencia teatral.

La puesta en escena nos mantiene conectados a cada una de sus acciones. En cada esquina del escenario hay puertas que se abren y se cierran con diferentes personajes interpretados por: Sara Gallardo, Nani Rodríguez, Stephanie Bor, Lua Ruiz Vecino, Anastasia Zayats, Marta Megías, Daiana Vegas, Enrique Cordovez, Tania Galán y Mayca Gómez. Un montaje genuino que se sostiene principalmente en el texto y las actuaciones, quienes se dan la mano para colmarse de aplausos. Buen trabajo.