Carme Portaceli dirige y lidera una producción de Teatre Lliure que adapta la famosa novela romántica de Charlotte Brontë, Jane Eyre, sobre la libertad de la mujer.

Charlotte tuvo que publicar esta obra bajo el seudónimo de Currer Bell, ya que de no ser así jamás hubiese sido editada. Al igual que el mayor trabajo de su hermana Emily: Cumbres borrascosas.

Esta es considerada una de las primeras novelas feministas. Su protagonista es Jane Eyre, quien a los diez años es custodiada por su tía política, la señora Reed, quien la somete a todo tipo de humillaciones y maltratos.

Cuando Jane se rebela contra la señora Reed, es enviada a una escuela para niñas huérfanas. Allí conoce a la señorita Temple con quien aprende y entabla una sólida amistad. Cuando crece se convierte en institutriz y es contratada para cuidar de Adèle Varens, una niña de unos ocho años, custodia del señor Rochester.

«Jane Eyre es una novela escrita en el año 1847 por Charlotte Brontë bajo el pseudónimo de Currer Bell. Con su nombre real, lo más probable hubiera sido que no les hubieran publicado, ni a ella ni a sus dos hermanas, Emily y Anne, ninguna de las novelas que escribieron. O, por lo menos, no habrían conseguido el éxito que obtuvieron (no en el caso de Emily y sus Cumbres borrascosas) ni, por tanto, la posibilidad de seguir escribiendo, que era la pasión de todas ellas. Jane Eyre es una ventana a través de la que Charlotte Brontë nos presenta su visión del mundo. Jane opina sobre la diferencia arbitraria entre clases y hace especial atención al papel de la mujer en el mundo.

Ella nunca deja que olviden que, por el hecho de ser pobre o de ser mujer, no es un ser inferior. Pero por encima de todo, Jane Eyre es una obra romántica en la que la lucha por la libertad es el impulso que guía a la protagonista en un mundo en el que las mujeres no la podían alcanzar. También cuenta, claro, una gran historia de amor que sólo se podrá vivir cuando los dos protagonistas estén de igual a igual, cuando el amor no sea una cárcel, sino un acto de libertad».

Carme Portaceli