‘Me gusta como eres’, una comedia perspicaz que se está presentando en la sala principal del Teatro Lara.

Con texto de Carole Greep, y 14 años de trayectoria en los teatros de Francia, llega a Madrid con la adaptación de Jordi Galcerán, bajo la dirección de Gabriel Olivares, una dupla que ya hemos aplaudido en obras anteriores, obteniendo resultados exitosos y ésta no es la excepción. Ambos han realizado un trabajo ingenioso con el que logran conquistar a los espectadores durante 80 minutos.

La obra gira alrededor de cuatro “supuestos” amigos, y digo supuestos, porque para ser amigos no se toleran mucho. Son dos parejas que tienen mucho tiempo sin verse, una de ellas está viviendo fuera de la ciudad, en un pueblo cerca de Toledo, quienes han invitado a los otros a vivir una experiencia diferente en el campo durante el fin de semana. Mientras están arreglando la casa para recibir a sus invitados, suena el teléfono local, pero no atienden, cae la contestadora y la pareja del coche no se percata que la llamada está abierta y comienzan a criticar a sus anfitriones.

Los dueños de la casa, ensimismados por lo que han oído, no saben qué hacer. El esposo quiere cancelar la invitación, pero la esposa prefiere recibirlos y disfrutar de una dulce venganza. Ella se cambia y regresa al escenario a lo grande para apabullarlos. Desde ese momento ni se imaginan todo lo que ocurrirá, la diversión está servida, sus desacuerdos quedarán al descubierto y una montaña rusa de emociones liberarán las risas entre los presentes.

El reparto está integrado por cuatro actores geniales que dominan la comicidad a la perfección. Unos verdaderos crack de la actuación que atrapan al público con facilidad, haciéndolo reír sin mucho esfuerzo. Son maravillosos, ellos son: Miren Ibarguren, Óscar de la Fuente, Pepa Rus y Juanan Lumbreras, quienes no escatiman esfuerzo para hacer de las suyas en esta comedia de enredos, y destacarse con los diálogos, acciones y gestos. Son unos magos del humor, que, en manos de un sagaz director, los resultados han sido de elogios.

Es así como la obra que comenzó algo inofensiva da un giro delirante y los personajes se defenderán desde la esquina que les toque. De inmediato estallan carcajadas en un recinto que está a tope, mientras que los “amigos” se disputan entre situaciones absurdas que se pasean por la hipocresía, la mentira, los juicios de valores, de apariencias y la convivencia de pareja.

Una propuesta teatral que no está muy lejos de la realidad. Pero como preferimos reír que llorar, las risas brotan entre el público que está a la expectativa de saber qué sucederá con esta historia de amigos que buscará enderezar la situación para el desenlace de la velada. Sorprendiendo con un final un poco extraño para salir del aprieto. Realmente una función donde el entretenimiento y el gozo están garantizados.