Criticas

‘Conpenhague’, la ciencia, la ética y la amistad en conflicto

24/05/2019

Susana R. Sousa

‘Conpenhague’, la ciencia, la ética y la amistad en conflicto

En ocasiones, el final de una historia desvela la importancia que ésta ha tenido para sus protagonistas y determina si el acontecimiento será o no relevante más allá del momento presente. Algo así es lo que sucede en este ‘Copenhague’ de Tolcachir, en el que el final de la función desvela gran parte de su relevancia. Durante los 75 minutos que dura la trama, cargada de una velada tensión, una no tiene tiempo de saber si lo que está viendo va a sobrepasar su alma o no. El final, con el público en pie, desvela que lo que hemos visto sobre el escenario es un verdadero acontecimiento teatral y social.

El texto es denso, y hay instantes en los que las referencias científicas y el lenguaje técnico que usan los protagonistas produce un deja vi que te transporta a esa clase de Mecánica Cuántica, o de Filosofía de la Ciencia en la que el profesor intenta explicarte el Principio de Incertidumbre o la estructura del átomo. No vamos a detenernos en tales referencias, pero sí en el hecho de que el trabajo de los dos científicos, Niels Borh y Werner Heisenberg, fue relevante para la física. Así como lo fue su último encuentro, el que tuvo lugar en 1941 en la ciudad de Copenhague, ocupada en ese momento por los nazis.

Este es el momento elegido por Michael Frayn para desarrollar este texto cargado de referencias históricas y que fue premiado con un Tony al año de su estreno. ‘Copenhague’ plantea cuestiones éticas relacionadas con el uso de la ciencia y la tecnología, todas ellas imposibles de responder sin antes hacer una profunda reflexión.

La estructura de la obra permite, a pesar de la densidad del texto, ahondar en el corazón de los personajes. Cada uno de ellos cuenta cómo vivió aquel encuentro decisivo, de tal manera que, bajo el texto principal que relata la visita de Heisenberg a la casa de Borh, subyace otro en el que se escucha el corazón de los protagonistas. Todo aquello que no se dice en voz alta, ni al otro, pero que hace germinar la reflexión inevitable tras las decisiones tomadas.

‘Copenhague’ nos da la oportunidad de ver en escena a tres inmensos actores que elevan la interpretación a la categoría suprema. El encuentro en escena de Emilio Gutiérrez Caba y Carlos Hipólito es una de las bazas con las que cuenta esta obra que, además, goza de la dirección sobresaliente de Claudio Tolcachir. Por su parte, la actriz Malena Gutiérrez, en su papel de narradora por un lado y alentadora del conflicto entre los dos científicos, por otro, hace malabares para que la función no decaiga. Y no decae en ningún momento, porque los tres intérpretes realizan un juego actoral muy preciso en el que van hacia atrás y hacia adelante en el tiempo y pasan de un tono distendido a uno dramático en cuestión de segundos.

Pocas veces podemos ver un encaje de bolillos como el que han realizado el director y los actores en ‘Copenhague’, pues se trata de un texto “endiablado”,como lo definió Carlos Hipólito en una entrevista, que requiere de un trabajo en equipo muy potente.

1 Comentario

  • Aurora

    Suscribo cada línea.
    Yo estuve el día del estreno y me encanto.
    Anímense todos.

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