Criticas

‘Crimen y telón’, el teatro vivo y necesario

03/08/2019

Susana R. Sousa

‘Crimen y telón’, el teatro vivo y necesario

“Somos la sombra del sueño de nuestra ficción, hasta que un día la vida nos baja el telón, seres humanos que vamos del hoy al ayer para vivir y morir y después renacer”

 

Ron Lalá estrenó “Crimen y telón” en diciembre de 2018 en el Teatro Fernán Gómez y desde su estreno las buenas críticas no han dejado de llenar los medios y el boca a boca. Por ello no era una sorpresa encontrar la Sala Roja de los Teatros del Canal abarrotada en su preestreno.

Entrar en la sala de teatro y ocupar una butaca, se convierte, con Ron Lalá, en una experiencia que va más allá de la simple contemplación de un espectáculo perfecto. Los suyos lo son y “Crimen y telón” vuelve a demostrarnos, una vez más, que el teatro no está de moda, sino que es necesario. Han hecho que el público vuelva sus ojos y su interés hacia el teatro clásico y están consiguiendo que muchos jóvenes se acerquen a él de una manera natural. Sus trabajos y su forma de interpretar a los clásicos, ha sido objeto de varios estudios universitarios y precisamente es ahí, en la universidad, donde surgió Ron Lalá.

“Ron Lalá responde a la máxima de la adaptación teatral de calidad que descansa en el conocimiento histórico crítico combinado con una destreza destacable de escritura dramática que permite la creación comprometida de un montaje riguroso y serio con su patrimonio literario. A esta se suma la respuesta imprescindible del público”. Beatriz López López.

El argumento de “Crimen y telón” nos traslada a la distopía de un mundo en el que han desaparecido todas las artes y los pocos que resisten a la prohibición de exhibirlas viven escondidos como proscritos. Los valores del nuevo mundo son: consumo, consumo y consumo. En el escenario de un teatro abandonado hay una soga y de esa soga cuelga el teatro: un personaje vestido de rojo con una máscara. La patrulla de la tripe A (Agencia Anti Arte) comienza a investigar sobre la autoría del crimen. A partir de aquí, comienza el espectáculo en el que, como suele suceder, el público está implicado.

El escenario se convierte en un juego detectivesco durante el cual asistimos a un maravilloso repaso de artes y artistas, al tiempo que vemos un magnífico espectáculo visual y sonoro. La música suena en directo, como ocurre en todos los montajes de Ron Lalá, y contribuye a crear ese ambiente de fiesta que la compañía busca siempre con todas sus producciones. Un texto exquisito del que han hecho ya su lenguaje y que convierte cada uno de sus trabajos en una obra maestra.

Qué sería del teatro sin el público, sí, pero ¿qué sería del público sin el teatro? El teatro no puede morir y es algo de lo que Ron Lalá están muy seguros. Y una vez más se atreven a reflexionar sobre ello y a hacernos reír y pensar al mismo tiempo con un espectáculo en el que sacan a la luz su pasión por el género negro.

Un homenaje al teatro y a los clásicos donde está presente la crítica y que utiliza el recurso del metateatro para conseguir un efecto aún más potente. Humor, música, género negro y hasta ciencia ficción están presentes en esta nueva maravilla de Ron Lalá. Les aconsejamos que, si tienen la oportunidad, no se la pierdan.

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