“Mi lucha” de Antonia San Juan, en el Teatro Nuevo Apolo
12/09/2016
Susana R. Sousa
La primera vez que vi a Antonia San Juan fue en la película “Todo sobre mi madre”, de Pedro Almodóvar. Su personaje de “la Agrado” me dejó fascinada entonces y su personaje en “Mi lucha”, me deja fascinada ahora. Es como si nada hubiera cambiado y, al mismo tiempo, hubiera cambiado todo.
Después de tres espectáculos unipersonales, la actriz canaria llega al Teatro Nuevo Apolo con “Mi lucha”, un conglomerado de sentimientos, ideas y experiencias de difícil etiqueta. Anteriormente a este montaje, la actriz llevó a escena “Otras mujeres”, que giró con éxito durante diez años dentro y fuera de España, “Las que faltaban” y “Lo mejor de Antonia San Juan”, una selección de monólogos que nos regalaron, no solo a la mejor, sino a la verdadera Antonia San Juan.
“Mi lucha” llega en un momento de madurez personal y profesional, es una especie de darse cuenta del tiempo real que queda para vivir y actuar y, al mismo tiempo, un espectáculo muy conectado con la realidad social del momento. Se trata de una selección de textos nuevos en los que la actriz da rienda suelta a todos sus registros, incluyendo dos canciones que no estaban en espectáculos anteriores. En un momento del monólogo, casi al comienzo, hay una declaración de intenciones en la que la actriz, el personaje, enumera todos los tipos de personas para las que no actúa. En realidad se trata de muchas declaraciones de intenciones en las que hace hincapié, al igual que en el resto del espectáculo, en la importancia de la educación, la tolerancia y la libertad. Un mundo sano es aquél en el que sus miembros respetan las diferencias, aman la cultura, no maltratan a sus seres queridos, un mundo con libertad de prensa, carente de hipocresía y de esa maldad que hoy día se ve tan normal en ciertos programas de televisión.
Antonia San Juan se interpreta a sí misma y también entra en la piel de otros personajes inventados por ella para arrastrarnos y elevarnos por vericuetos dramáticos que siempre terminan bailando con el humor. Mordaz, melancólica, divertida y crítica. “Mi lucha” es un canto a la veracidad del teatro y un regalo para todos aquellos que quieran participar en ella.
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