“El sueño de la razón produce monstruos… A veces esos monstruos se convierten en realidad”, con esa frase comienza la obra Usher en el Teatro Karpas, un montaje fuera de lo normal, cargado de suspendo, intriga y sobresaltos. Una propuesta artística novedosa donde todos somos parte de la trama, dentro de una hipnosis colectiva que nos envuelve. Por eso debemos seguir instrucciones y guardar la calma. El programa de mano te anticipa diciéndote que si padeces de problemas cardíacos y/o auditivos lo debes informar al personal de la sala.

Porque lo que viene ante tus ojos te sorprenderá, te mantendrá a la expectativa. No podrás dejar de estar atento, con todos tus sentidos, a la espera de las indicaciones. Es un montaje atrevido, inquietante, que ha conseguido fusionar el teatro, el mentalismo y el suspenso en las tablas de manera acertada. Una iniciativa de Studios Mirror, escrita y dirigida por el ilusionista, mentalista y actor Dani Lardón, quien ha hecho un trabajo impecable con estos actores, quienes durante meses se han preparado para leer la mente de sus espectadores y dejarlos atónitos en sus asientos.

El recibimiento lo hace la psiquiatra Diana Lázaro, interpretada magistralmente por Charo Bergón, quien se encuentra en el lobby de la sala vendiendo las entradas para que formemos parte de la hipnosis que ha preparado. Más tarde será ella quien lleve la cuenta regresiva para devolvernos a la realidad o introducirnos en la mente de Usher, el personaje principal de la historia, protagonizado por el actor Nacho Sirell, quien hace un trabajo sorprendente. El personaje está en estado catatónico luego de haber matado a su familia. La doctora nos invita a entrar en su mente, pero él nos intimida, nos reta. Sirell hace un trabajo de demencia con mucho ingenio. Estuvo internado en un psiquiátrico, pero salió gracias a la doctora que logró sacarlo para experimentar con él. Un acto de mucho riesgo con el objetivo de descubrir la verdadera razón de sus acciones sangrientas.

Para demostrar la fuerza de la mente del paciente la doctora nos invita a formar parte de su experimento, por eso nos sumerge en su hipnosis para observar cómo Usher puede salir de su cuerpo adormecido y convertirse en un torbellino de revelaciones. Y cuando eso sucede, realmente somos testigo de un trabajo asombroso que realiza el actor, dejando a los espectadores absortos con sus actos. Con cada minuto que transcurre todos estamos a la expectativa de lo qué sucederá, no nos movemos, solo seguimos instrucciones como nos indicaron al principio. Por un momento no dan la posibilidad de abandonar la sala, pero nadie se mueve, todos estamos atentos de lo que sucederá. Cerramos los ojos cuando nos lo indican y respondemos lo que nos preguntan.

Vestida de negro la doctora Lázaro nos va guiando en el camino de la hipnosis desde el patio de butacas. Con su voz contundente guía la sala. Mientras en el centro del escenario está Usher postrado en una silla de ruedas, a primera vista parecer indefenso, pero luego nos sorprenderá. Junto a ellos aparece un tercer personaje, el enfermero, interpretado por Javier del Arco, quien no tiene mucho texto, pero sus acciones son contundentes para el desarrollo de la pieza, es la persona indicada para calmar al paciente al suministrarle la dosis necesaria señalada por la psiquiatra.

El reparto se mueve entre largos oscuros y luces lúgubres que esconden verdades e inquietudes. Por eso es perfecta para vivirla en víspera de Halloween. Una experiencia teatral inusual donde te sumerges en la mente oscura de estos personajes, envueltos en misterio e ilusionismo. Y es que no cabe duda que la mente es poderosa, nos maneja, nos reta y nos ilusiona. Enhorabuena por el trabajo. Las funciones son todos los jueves en el Teatro Karpas.